Thursday, November 09, 2006

Desguaces



Todo se democratiza. Incluso el "Tuneo". Lo que ahora se hace en cualquier taller de barrio, lo hacía desde los años 50 un austríaco, nacionalizado italiano, llamado Carlo Abarth. Su historia la podéis ver en el vínculo, pero la del "divertimento" de la foto es otra diferente.
En música un Divertimento es, desde el siglo XVII, una serie de piezas cortas y ligeras que se ofrecían al público durante el entreacto de las óperas, para relajarle de la continuada atención al largo y denso espectáculo. Mi padre bautizó así al Fiat 131 Abarth que apareció en nuestro garaje hacia 1978. Era un coche popular personalizado, y era un indicio de lo que el automóvil (maravilloso invento) estaba a punto de llegar a ser: la mayor y más peligrosa de las necesidades "creadas". A este paso ningún reciclaje será capaz de eliminar el desguace global.

Thursday, November 02, 2006

Incertidumbre



Mi supernominado (en la pila bautismal y en el juzgado) padre encargó su último Ferrari en 1995. Se trataba del modelo que habían elegido en Maranello para celebrar las bodas de oro de la marca. Esta impresionante máquina llegó al mercado dos años antes del cumpleaños oficial, puesto que el primer Ferrari había sido construido en 1947.
Por un poco menos de medio millón de Euros, los afortunados clientes que demostraran la posesión anterior de un Ferrari, adquirieron uno de los 349 ejemplares salidos de fábrica. Las cifras estaban claras: 12 cilindros, 60 válvulas, 520 caballos, 325 Km/h…menos una ¡claro!: el tremendo derroche de combustible fósil…pero, como reza el cartel de la surrealista gasolinera en la foto ¿A quien le importa?.
Supongo que ha quedado claro que me gustan los coches, pero la dirección de esta bitácora (aun así) se dispone a dar un giro radical; más acorde quizá con los tiempos que corren. Al fin y al cabo comparto con mi tío abuelo Thomas la misma sangre.

Friday, October 27, 2006

¡Estos aristócratas!



Cuando escribí, hace unos días, a Ferrari encargando un 612 Scaglietti y un F430 descapotable, lo hice en un papel de 100gr/m2; libre de ácidos y con un 30 por ciento de algodón: De textura ligeramente rugosa en color marfil e ideal para sellar, con el ex libris de la familia en lacre, los grandes sobres que albergan en el remite tal profusión de cosmopolitas e ilustres apellidos.
Aunque nada de eso impresiona a los snobs de Maranello sino constas en su base de datos como propietario histórico de la marca. En nuestra ficha, bajo el torrente onomástico de papá, figura la foto de nuestro primer modelo: nominado en cascada a semejanza de sus futuros compradores. Ferrari 340 América Vignale Berlinetta cliente 1951. ¡ Ahí es nada!

Friday, October 20, 2006

Crudo



Antes del McLaren, del Ferrari, del Porsche; mi hijo tuvo su primer coche. Pero no fui yo, que siempre fui más egoísta que mi padre, quien se presentó a la puerta del colegio con un precioso deportivo el día que cumplió la edad reglamentaria para conducir; entre otras cosas porque ya estaba "trabajando", de aprendiz de brujo financiero, en la delegación Tokiota de Arthur Andersen. Allí se enamoró de una geisa, y de la capacidad de los Nipones para incorporar a su mundo lo mejor de los demás: ¿Plagio u Osmosis?. Sea como fuere, este clásico roadster podría haber salido de Coventri, en lugar de Hamamatsu (unas 350 millas al sur de Tokio) aproximadamente por la misma época.
El Honda S800 fue uno de los hitos de la industria automovilística japonesa hacia el liderazgo mundial.

Monday, October 16, 2006

Terciopelo Subterráneo



Andy bajaba desde su elegante apartamento en el Upper East Side hasta la Factory en uno de estos vehículos, que representaban a la ciudad de Nueva York casi tan bien como él. Allí podría departir un rato con Ultraviolet, a través de quien nosotros conocíamos al artista. Mi madre era muy amiga de Catherine, la hermana mayor de Isabelle Collin Dufresne, aquella joven de la alta burguesía francesa que sí aguantó la vida bohemia y formó parte del exquisito gaspillage de la época.
El Checker, hablando de derroche, es el producto de una morosidad: Morris Markin, un sastre de Chicago, se hizo con el negocio del carrocero Jolliet (de Illinois) cuando este no pudo afrontar el pago de la deuda que había contraído con él. Markin empezó a vestir vehículos de la Commonwealth Motors como taxis, bajo el nombre de Mogul. Por aquel entonces, una compañía de taxis en Chicago (La Checker ) encargó toda su flota a la Commowealth, que no estaba precisamente en su mejor momento financiero. Para ser exactos habría que decir que estaba en la bancarrota, así es que Markin se las ingenió para unir las dos empresas y crear la Checker Cab Company. Después la historia siguió complicándose y en su camino se cruzaron desde el señor Hertz (amigo del abuelo, por cierto), hasta Ed Cole (presidente de GM), pasando por la New York Taxi Cab Commission. El Taxi icono de Manhattan siguió fabricándose en Kalamazoo (Michigan) hasta 1982.

Wednesday, October 11, 2006

Comida rápida



El Chevrolet Caprice, a pesar de su apellido es, al menos como Yellow Cab, bastante menos glamuroso que uno de sus ilustres predecesores. El Checker: ese vehículo que sirvió en los 80 de oficina rodante a Andy Warhol.
El Caprice es un auto mucho más vulgar y oscuro, más acorde con el New York post WTC y, todo hay que decirlo, más cómodo.
En este taxi permaneces un poco más alejado de la pizza o el Big Mac que sirve de lunch a su dueño. La General Motors lo mantuvo en producción entre 1965 y 1996, y con un diseño completamente nuevo (el que vemos en la imagen) a partir de 1992.
Aunque hace 10 años que dejó de fabricarse su silueta se sigue recortando contra el, hoy mermado, Skyline de la ciudad de los rascacielos.

Friday, October 06, 2006

Twilight



Hace 50 años, exactamente, un enorme aguacero marcó el final de la temporada en Fréjus. Para el tío Howard, el hermanastro norteamericano de papá, había sido una temporada muy larga: Había llegado en Abril, para asistir a la boda de la pequeña de John y Margaret. …¡Cómo pasa el tiempo!- repetía siempre tío Howard- Parece que fue ayer cuando me saludaba, pizpireta, en mis visitas a Philadelphia; y ahora es toda una princesa.
En la bodega del barco se había traído este precioso Oldsmobile Fiesta bicolor, que se refleja altanero entre dos luces de La Riviere. Fueron producidos solo 458 ejemplares, completamente automáticos; lo cual era asombroso en aquel entonces: Cambio, ventanillas, asientos, dirección. Todo movido por arte de magia electrónica, por supuesto; como una premonición de nuestro presente; este canto de cisne para los coleccionistas de autos. ¿Quién podrá conservar, en estado original, nuestras fabulosas máquinas, cuando se destruyan los circuitos integrados que les dan vida?