Terciopelo Subterráneo
Andy bajaba desde su elegante apartamento en el Upper East Side hasta la Factory en uno de estos vehículos, que representaban a la ciudad de Nueva York casi tan bien como él. Allí podría departir un rato con Ultraviolet, a través de quien nosotros conocíamos al artista. Mi madre era muy amiga de Catherine, la hermana mayor de Isabelle Collin Dufresne, aquella joven de la alta burguesía francesa que sí aguantó la vida bohemia y formó parte del exquisito gaspillage de la época.
El Checker, hablando de derroche, es el producto de una morosidad: Morris Markin, un sastre de Chicago, se hizo con el negocio del carrocero Jolliet (de Illinois) cuando este no pudo afrontar el pago de la deuda que había contraído con él. Markin empezó a vestir vehículos de la Commonwealth Motors como taxis, bajo el nombre de Mogul. Por aquel entonces, una compañía de taxis en Chicago (La Checker ) encargó toda su flota a la Commowealth, que no estaba precisamente en su mejor momento financiero. Para ser exactos habría que decir que estaba en la bancarrota, así es que Markin se las ingenió para unir las dos empresas y crear la Checker Cab Company. Después la historia siguió complicándose y en su camino se cruzaron desde el señor Hertz (amigo del abuelo, por cierto), hasta Ed Cole (presidente de GM), pasando por la New York Taxi Cab Commission. El Taxi icono de Manhattan siguió fabricándose en Kalamazoo (Michigan) hasta 1982.
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