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En Die Another Day, el agente secreto 007 volvía a conducir un coche británico (si es que aún podemos considerar británico al Aston Martín, después de ser adquirido por Ford para ser incluido junto a Jaguar, Lincoln y Volvo en su división de automóviles de lujo). James Bond, al que seguro que le gusta conducir, había pilotado un BMW serie 7 en su anterior película, pero a la familia Broccoli se le salía el Chauvinismo por las orejas, y no pudo resistir la tentación de promocionar este impresionante Vanquish, que también puede ser suyo por poco mas de 240.000 €.
Le invitaran, como hicieron conmigo, a la fábrica de Newport Pagnell para elegir el color del cuero de los asientos o la configuración dos plazas/2+2. Yo me fui después a California, a disfrutar de tan cinematográfico coche en el mismo lugar donde aparece fotografiado el Cord, 80 años antes. Después de todo Billy Wilder no localizaba tan mal.