Prêt à porter
El Duesenberg era un serio rival americano de los grandes autos europeos a finales de los años 20 y comienzos de los 30. A los ricos les gustaba coleccionar estatuillas coronando los radiadores de sus coches: El espíritu del éxtasis de los Rolls, La garza alada de los Hispano, o esa especie abstracta de pájaro que remata el capó del faetón torpedo de Brunn; una de las carrocerías más populares que solían vestir estos fabulosos automóviles.
El torpedo, a la derecha de la foto, pertenecía a mi tío abuelo; de quien se dice que inspiro a Durrel el personaje de Mountolive. En esta ocasión lo vemos aparcado junto a una versión spyder de 1935 que pertenecía, sin duda, a alguno de los amigos actores que invitaba a la delegación egipcia (¿Gary, Cary?)
1 Comments:
la foto es del crucero por el nilo, ¿no?.
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