¿O son Unicornios?

Antes, cuando las pruebas de resistencia eran mayoría en los circuitos, en detrimento de la desangelada F-1, los coches de carreras eran variados, divertidos, imponentes, esperanzadores (porque suponían la avanzadilla del mercado), o todo eso a la vez; como es el caso que nos ocupa.
Alfa Romeo satisfizo siempre a los pilotos privados: Esos caprichosos locos del motor que no se plegaban a los programas deportivos de las grandes marcas, y mi abuelo, como pueden suponer, fue uno de ellos. La leyenda familiar afirma que este 2300 también corrió en Le Mans, como los escasos ejemplares que se construyeron Ad-hoc en Milán, pero yo pienso que las únicas pistas que pisó jamas eran las de la gran hacienda Argentina, compartiendo alas (Alfa Romeo declaraba una velocidad punta de 185 Km/h en 1931 ¡woauh!) con los caballos blancos de mi infancia.