Como un tronco

En cualquier concesionario Mercedes-Benz te dirán, orgullosamente, que distribuyen al pionero de los microcoches urbanos; el Smart: Una falacia sostenida gracias a la desmemoria y la ignorancia, porque los años 50 estaban plagados de ellos.
La otra noche, entre los vapores del clorodiazepan, surgió la criatura del ingeniero Voisin. Morfeo rescató de mis archivos más rancios al Biscuter; castellanizado así después de que un grupo de avispados empresarios catalanes se aprovechasen del fracaso del Biscooter francés. Inundaron España con una idea francesa, movida con un motor de dos tiempos de licencia británica (The Villiers Engineering Co), y resistieron hasta que apareció el 600: el depredador de los microcoches ibéricos.