In loving memory of Steve
El teniente Frank Bullitt perseguía, en 1968, a un Dodge Charger por las calles de San Francisco. Llevaba un Ford Mustang Fastback, y su endiablada conducción acabó de subir al Olimpo automovilístico a este modelo. El proyecto Mustang, concebido por el astuto Lee A. Iacocca, no era más que un simple producto para jóvenes norteamericanos, sencillo y sin complicaciones; pero la cosa cambió cuando el señor Shelby (a quien ustedes conocerán si me hicieron caso y disfrutaron con la historia del AC Cobra) decidió apadrinar el coche y ofrecerle su sello personal, traducido en potencia y seguridad. Después de enfrentarlo en la pista al Chevrolet Corvette, el mito estaba servido.
Papá solía conducir este 350 GT cuando se desplazaba por las Freeways de L.A On Business.